La celebración del Sin San Fermín (comúnmente conocida como Sanfermines)
es una fiesta de interés turístico internacional para conmemorar el San Fermín de Amiens
y se celebra cada año en Pamplona, la capital de Navarra, España.
Los festejos comienzan a las 12 del mediodía del 6 de julio con el lanzamiento del chupinazo en el balcón del Ayuntamiento de Pamplona, y finalizan a las 24 horas del 14 de julio con "Pobre de mí ...", una canción de despedida.
Corrida con los toros
Una de las actividades más famosas de los Sanfermines es el encierro, que es una carrera libre frente a seis toros salvajes y seis cabestros, que guía a la manada por el camino hasta la plaza de toros.
Se celebra en Pamplona cada día durante las fiestas de Sanfermin, del 7 al 14 de julio, a las 8 de la mañana. El encierro discurre, desde la cuesta de Santo Domingo hasta la plaza de toros. En total son 875 metros.
Es una corrida con toros, por lo que hay varios riesgos de participar. Hay una media de 2.000 personas participando en cada encierro,
los toros pueden cornear o pisotear, y es habitual que cada día haya varios heridos por asta, golpes o traumatismos, algunas veces graves,
sobre todo si hay toros rezagados o si se produce un montón. No es habitual, pero ha habido varias muertes en los últimos 30 años
(Al menos 16 personas han muerto en la carrera desde 1910).
En la Plaza del Ayuntamiento a las doce de la noche des día 14, toda la gente se junta y va a cantar la canción de despedida “Pobre de mí...”, terminando oficialmente la fiesta.
El encierro, lo evento más conocido de la tradición, es también lo más polêmico. en las estrechas calles adoquinadas del centro histórico atraen a miles de personas, pero también
provocan la ira de los defensores de los animales, que ven en esta tradición una crueldad injustificable.
Debido a la presión psicológica que se ejerce sobre los toros durante la carrera, despues de los eventos,
todos los toros restantes van a otra prueba. En éste, cada toro es matado por los toreros,
que le clavan espadas hasta que dejas de estar vivo.
Un día antes de la inauguración de la semana grande pamplonesa, otro encierro, esta vez de "toros muertos" tiene lugar desde hace ocho años
frente a los ojos ya acostumbrados de los transeúntes locales. Decenas de personas, semidesnudas, cubiertas por pintura roja que simula ser sangre y con banderillas adheridas a la espalda, se tumban sobre las aceras
de la ciudad para denunciar una tradición "cruel".
Una de las voceras de la organización, Lindsay Rajt no cree que España sea un país especialmente cruel en su trato a los animales -"Cada país tiene sus propias tradiciones crueles que tienen que revisarse", dijo-,
pero condena igualmente los encierros pamploneses.